Trabajo del verano
Queridos padres y jóvenes,
Un trabajo a tiempo parcial
es parte de la experiencia
general de muchos
estudiantes de secundaria,
especialmente durante el
verano. Les da una
alternativa saludable a mirar
fijamente sus teléfonos. A
menudo es una introducción
al "mundo adulto", un lugar
donde gente regular trabaja y
se gana la vida. Además, los
jóvenes pueden socializar e
interactuar con nuevas
personas en el trabajo y, por
lo tanto, agudizar sus
habilidades para relacionarse
con los demás. No menos
importante es ganar un poco
de dinero, presupuestarlo y
disfrutar de poder comprar
cosas por cuenta propia.
Pero hay un peligro. A menos
que un joven decida declarar
desde el principio al
empleador potencial que
necesitará al menos dos
horas para cumplir con sus
obligaciones religiosas cada
fin de semana, es casi seguro
que se le programará para
trabajar durante los horarios
de misa. Y eso será todo. El
fin de la práctica de la Fe.
Deshacerse de toda una vida
de religión, así de fácil. Todo
para caminar de un lado a
otro de los pasillos de una
gran tienda durante hora tras
hora, preparar comida rápida
baja en nutrientes y alta en
calorías o algo similar.
Padres, imaginen todo el
tiempo y el esfuerzo dedicado
a nutrir la fe católico-
cristiana en sus hijos,
llevándolos desde el
Bautismo hasta la Primera
Comunión, instruyéndolos
sobre Jesús como nuestro
salvador y nutriéndolos en
los muchos valores que hacen
que las personas sean
verdaderamente hermosas...
solo para perder esos
esfuerzos por un trabajo de
verano.
Como se dijo en la página
que explica la asistencia
semanal a Misa, con respecto
al lugar de trabajo y las
actividades extracurriculares,
todos tienen derecho a una
acomodación religiosa
razonable. Con toda
confianza, puede pedirle a su
empleador o entrenador que
les permita dos horas para
cumplir con sus obligaciones
religiosas del domingo. Deja
que estos adultos sean
testigos del ejemplo de su
vida ordenada en torno a
Cristo. El mundo necesita tu
testimonio. Es lo que hacen
los cristianos: priorizar el
domingo, el "Día del Señor",
para el Señor.
Tan seguro como que los días
de verano en el suroeste son
largos, aceptar un trabajo
que cancela la asistencia
regular a la misa dominical
durante el verano no
permitirá el regreso del
estudiante al segundo año del
programa de Confirmación
en el otoño. Navegar
hábilmente en este momento
crítico será decisivo para las
futuras respuestas familiares,
es decir, después de que un
joven reciba el sacramento de
la Confirmación y luego
cuando cumpla los dieciocho
años. Ceder o mantener la fe,
esa es la cuestión.